Por qué fabricamos nuestros calzones menstruales en Chile y no en China?

Por qué fabricamos nuestros calzones menstruales en Chile y no en China?

En los últimos años los calzones menstruales se han convertido en una solución popular para las personas menstruantes que buscan alternativas sostenibles a los productos menstruales desechables. Así mismo en respuesta a esta demanda han aparecido muchas marcas, muchas muy similares, ya que todas importan sus productos desde China. Sin embargo, es esencial entender el impacto ambiental y corporal de la producción de estos productos, especialmente cuando se fabrican en países con poca regulación y trazabilidad, como China.

La industria textil de China ha estado bajo escrutinio por sus prácticas laborales y estándares de producción. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos internacionales para mejorar las condiciones laborales, China sigue apareciendo en rankings de esclavitud moderna año tras año. Muchos trabajadores del sector textil trabajan largas horas en condiciones inhumanas, y se les paga salarios mínimos insuficientes para vivir dignamente. Incluso existen acusaciones de usar campos de concentración con esclavos Uighur en Xinjiang, China. Los cuales son utilizados para la extracción de algodón, el cual es usado en productos como calzones menstruales producidos en China.

Además de las preocupaciones laborales, también existen serias dudas sobre los procesos de producción y la calidad de los materiales utilizados. Con la presión de reducir los costos, algunos fabricantes pueden optar por utilizar materiales de menor calidad, lo que puede resultar en productos que no duran tanto como deberían. Esto puede conducir a un aumento del consumo y, por lo tanto, a más residuos.

La producción en China también plantea preocupaciones en términos de emisiones de carbono. El transporte de productos desde China a países como Chile produce una cantidad significativa de CO2, contribuyendo al cambio climático. Si bien muchos productos se fabrican y transportan desde China, productos que promueven la sostenibilidad, como los calzones menstruales, deberían esforzarse por reducir su huella de carbono en todas las etapas de su ciclo de vida.

Finalmente, pero no menos importante, está el riesgo para la salud de las personas que utilizan estos productos. Incluso marcas reconocidas como SHEIN han sido objeto de controversia debido a la detección de niveles peligrosos de plomo en sus prendas. El plomo es un tóxico conocido que puede causar graves problemas de salud, incluyendo problemas reproductivos y del sistema nervioso. Esta es una preocupación especialmente relevante para los calzones menstruales, que están en contacto directo con las partes más sensibles de nuestro cuerpo.

Es por estas preocupantes razones que en Aluna, hemos decidido tomar un camino diferente. Optamos por producir nuestros calzones menstruales aquí en Chile. Esto nos permite tener control total sobre los materiales que utilizamos y garantizar que sean seguros tanto para nuestro cuerpo como para el medio ambiente.

Estamos orgullosas de poder asegurar condiciones laborales adecuadas y dignas a nuestras trabajadoras, a la vez que minimizamos nuestras emisiones de carbono al eliminar la necesidad de transporte a larga distancia. Además, nuestra producción local nos permite diseñar y fabricar productos que se ajusten a las necesidades específicas del mercado local en términos de modelos, diseños, materiales, tallas, etc.

La producción responsable y sostenible de calzones menstruales no es solo un compromiso con el planeta, sino también con las personas que los utilizan. Como consumidores, es esencial que nos informemos sobre dónde y cómo se producen los productos que compramos. Al optar por marcas que fabrican sus productos de manera ética y sostenible, como Aluna, podemos hacer nuestra parte para proteger tanto a las personas como al planeta.